Sinopsis:
Cuatro gángsters aguardan impacientes la llegada de su jefe para que les sea revelada una misteriosa decisión. Sin embargo, para sorpresa de todos ellos, el jefe llega en silla de ruedas y en estado vegetal después de que alguien lo empujara por las escaleras de su casa. Ahora, la verdad y el futuro de la banda se conocerán tras una partida de cartas.
Crítica cinematográfica:
Comedia negra, tipos entrañables que se hacen querer desde el primer fotograma y con un tratamiento formal impecable. Mete al espectador en la película y lo mantiene sin pestañear.
Resuelve una situación muy centrada en un asunto de asesinato y nos convierte en testigos privilegiados de una situación que va derivando en un puro disparate.
Mediante unos tamaños acertadísimos y un montaje eficaz -¡invisible a pesar de los tamaños y la luz contrastada!- y un montaje al servicio de una narración vertiginosa.
Ha elegido muy bien y, dirigido mejor, a unos actores para encarnar unos personajes que son una pura caricatura, unos prototipos de la “chapuza delictiva” pero ¡qué entrañables y frágiles nos resultan!
El director genera un mundo habitado por personajes riquísimos, imperfectos, antihéroes, frágiles y llenos de vida, auténticos y con dudas y cobardías, personajes, delincuentes y que apenas saben mentir.
Con los tamaños, el montaje y la dirección de actores, nos introduce en una trama imposible pero que la va convirtiendo poco a poco en real. El espectador asiste al aniquilamiento como si se tratara de algo irremediable, asiste a las muertes y cuando lo advierte, se encuentra con un enano que liderará una banda sin delincuentes.
Se produce un extraño fenómeno en la secuencia de las muertes, en el momento del intercambio de disparos. Habiendo resuelto tales muertes de forma explícita, sin recurrir a un cine indirecto, hace que la violencia no chirríe dentro del tono “humano” de la película. Porque incluso la forma de morir, los impactos y fogonazos, que debieran salirse del género, desde un punto de vista formal, no resultan, en ningún caso, crueles ni gratuitos.
¡Qué maravilloso momento cuando el enano da de beber al jefe inválido!, cuando discuten, cuando negocian, cuando se cuestionan la jefatura y el desenlace…y la escalera que nunca vemos… y la llegada del último sobreviviente a primer término…
Unas interpretaciones ajustadas y sobrias. Excelente obra de un director con un pulso narrativo firme, con un tempo poético… un director que sabe planificar y cuyo montaje resulta eficaz, invisible y fluido.
Con respecto al montaje. Habiendo utilizado gran cantidad de primeros planos, hace que no se “empache” la mirada del espectador.
Primero: Lo requiere cada una de las situaciones.
Segundo: Intercala sabiamente los planos generales y los planos medios.
Tercero: No pudiendo utilizar el recurso del corte en movimiento físico, se sirve de la violencia interior para hacer invisible el corte.
Y la puesta en escena muestra una madurez inusual.
El dominio del director de los elementos narrativos de que dispone, la puesta en escena tan sabia y -a pesar de todo- invisible y la ausencia total de frialdad académica hacen del director un auténtico narrador.
FRANCISCO LUCIO _ Director de cine.